Mtro. Arq. Abraham Cota Paredes (1986, Los Mochis, Sinaloa, MX.)
En 2008 se titula como Arquitecto por la Universidad de Guadalajara.
En 2011 obtiene la Beca Navarra Talento Internacional.
En 2012 finaliza y obtiene su título de Máster en Diseño Arquitectónico por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Navarra.
En 2014 establece su práctica independiente En 2015 “Casa para ver al cielo” es obra seleccionada en la Bienal de Arquitectura Jalisciense.
En 2016 Abraham Cota Paredes es incluido en el Architect’s Directory de la revista europea Wallpaper. Una selección de 20 oficinas emergentes de Arquitectura alrededor del mundo.
En 2017 Participó en la Bienal de Arquitectura Latinoamericana, en la ciudad de Pamplona, España. Se presentó como ponente en el Colegio de Arquitectos de Cataluña y en el mismo año el proyecto “La Cueva” es obra selecionada en la Bienal de Arquitectura Jalisciense.
En 2018 “La Cueva” forma parte de la exposición de proyectos en Young Architects in Latin American concurso colateral de la Bienal de Venecia y es acredora de mención honorífica. Su obra ha sido publicada en diversos medios digitales alrededor del mundo y en revistas de arquitectura y diseño, en Australia, Ecuador, Inglaterra, Polonia, China, Corea del Sur y México.
Por Alfonso Arias
Alfonso Arias: Muy buenos días Abraham. Antes que nada, te agradezco el que nos abrieras espacio en tu agenda para realizar esta entrevista, como sabrás AGENCIA es una publicación en línea que busca plasmar el mundo de la arquitectura, haciendo un poco a un lado las obras y el glamur fotográfico para ir más a fondo en la ontología de la Arquitectura Mexicana y Latina. Encontrar y debatir cuales son los paradigmas que la rigen y problematizar los aspectos puntualmente de la tecnología, la educación o formación de la disciplina y la teoría en nuestra práctica.
Abraham Cota Paredes: Muy bien. ¡Excelente! Pues muchísimas gracias y un gusto, un gusto estar acá.
Alfonso Arias: Yo pensé en ti en primer lugar por el contacto y espacios que hemos compartido ya años antes, conozco tu buena disposición para participar en actividades que enriquezcan a la arquitectura tu visión muy definida y puntualmente por el trabajo que has venido realizando desde hace ya unos años respecto a la formación de la arquitectura a través de medios digitales. En este sentido AGENCIA tiene preparadas algunas preguntas con las que consideramos puedes compartirnos un panorama de tu visión en esta actividad.
Claro ¡¡Buenísimo, buenísimo?!
Alfonso Arias: Me gustaría que nos hablara desde que posición ideológica nos hablas y ¿cuál es tu visión de la Arquitectura? Háblanos un poco de ti, de tu formación y experiencia como persona y profesional que te ha permitido tener esa perspectiva.
Abraham Cota Paredes: Claro, mi nombre es Abraham Cota Paredes, nací en Los Mochis, Sinaloa, pero me encuentro actualmente trabajando desde la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México. Soy egresado de Arquitectura por la Universidad de Guadalajara en el 2008 y estudié una maestría en Diseño Arquitectónico en la Universidad de Navarra en Pamplona, España, en el 2011. y en el 2013 me título como máster en Diseño Arquitectónico.
La visión que tengo de la arquitectura es básicamente, que somos la estirpe animal que se dedica a generar los hábitats donde se desarrolla la vida humana. Entonces esa es nuestra profesión. A eso nos dedicamos. Tengo una perspectiva bastante, bastante, creo que podríamos llamarla como realista. O sea, nos veo como una especie animal, donde cada persona tiene un papel cuando cada individuo tiene una razón o deber de encontrar su razón de ser, su propósito, más que razón de ser, ¿Cuál es su propósito en la sociedad? Porque somos seres sociales. Entonces, en los últimos años he desarrollado un discurso de pensamiento en el que nos relacionó y trato de vernos como otra especie, en donde encuentro relaciones, por ejemplo, las hormigas.
Las hormigas tienen cada una tiene su papel, tienes la hormiga exploradora que se encarga de salir y olfatear o detectar dónde están alimentos. Entonces esa hormiga le avisa la otra y le dice oye, vayan y les avisa a las obreras que se encarga de ir a recopilar el alimento, y por ahí están también las guerreras, que son más grandes, por si llega algún rival, salen a la ayuda, está la reina están las y están los amantes de la reina. Entonces, siempre hay esas funciones de cada estirpe. Yo veo a la Arquitectura como eso, nosotros nos encargamos de desarrollar las construcciones para poder generar la vida. Entonces el arquitecto al final, se encarga de la construcción tanto de viviendas como de edificaciones para para desarrollar todas nuestras actividades, yo le llamo o la defino como la implantación de la mano del hombre en la naturaleza. Cada que la naturaleza se ve afectada por el hombre está existiendo arquitectura. Y decíamos ¿hasta dónde llega? Sea pues desde que el indígena, o más que el indígena, ya hemos de decir el hombre primitivo va caminando por el llano, por la selva y empieza a colocar piedras para hacer una fogata, esas piedras, esa circunferencia de piedras, ya esa arquitectura.
Entonces cualquier cosa que modifica, una rama doblada porque va caminando el hombre, empieza a formarse la arquitectura, si doblas muchas ramas, de repente se vuelve un túnel entre la maleza, y ese túnel es arquitectura. Es decir, me veo como un humano que tiene una función, que es la de constructor. El arquitecto como constructor. Pero el humano con su pensamiento, pues trata de expresarse, trata de dejar la expresión de su humanidad, de su existencia, en todo lo que ejecuta, entonces la arquitectura es esa construcción que está cargada de expresión, de expresión humana en este caso. Pues nada, me encanta verme así ¡me encanta!, me encanta tener esa perspectiva de un poco más pragmática del oficio y al mismo tiempo vivimos en la época, en la era del contenido.
Yo le hablaba hace poquito a alguien sobre todo el tema económico, social, pues me parece que está fuertísimo, entonces decíamos que en un artículo que leí hace como cinco años, hablaban de dos ideas; la primera que vivíamos el siglo XXI e iba a ser el siglo de los contenidos, ese iba a ser la principal industria de este siglo ¡El contenido!, ya no iba a ser el petróleo, ya no iba a ser otra cosa, iba a ser el contenido. Y la otra idea que exponía era que; si tú no podías llevar tu negocio a internet y no lo podías controlar con el celular, no iba a ser negocio en el corto plazo.
Ayer que estaba hablando sobre esto, parece ser que la pandemia va a cambiarlo todo, va a cambiar completamente la vida. Entonces, el que hacía dinero de la misma manera en que venía haciéndolo desde 30 años atrás, llámese un consultorio médico o un restaurante o un local de venta, ya no va a poder hacer dinero de la misma manera. Lo complejo y muy interesante es que fue un proceso completamente intempestivo de golpe. No fue gradual, cambio a la vida de un día para otro, esto es digno de cualquier novela de ciencia ficción, ¡Como cualquier ensayo sobre la ceguera de Saramago! ¡un evento que de repente es de un día para otro! Como esa novela de Saramago en la que de repente va el taxista y este se queda ciego y choca, y con la que choca de repente se infecta y empieza a infectar a todos. Así de fuerte fue esto. Entonces, es muy interesante porque como la Arquitectura, que es un oficio más, tiene que haber una adaptación. El hecho de lo que decía este articulo de que si tú no puedes ejercer la arquitectura desde tu celular no va a ser negocio es contradictorio, ¿verdad? Porque yo te estoy hablando de que eres una hormiga constructora, ¿qué no? ¿qué tiene que ver la hormiga constructora con el celular?
Son todos esos mecanismos que tiene que generar el arquitecto, el que tiene la profesión de arquitecto, para poder alimentarse de la tecnología, para poder llevar a cabo su oficio, y si a eso lo mezclas con que vivimos en la generación de los contenidos, ¿Cómo el arquitecto genera contenidos para poder llevar a cabo su oficio?, que le permita mantenerse vivo, sobrevivir, ¿Verdad? y desarrollar un modelo de negocio sustentable acorde con los tiempos que vivimos. Por eso yo me he dedicado a desarrollar la industria de mis contenidos desde que salí de la maestría, porque cuando salí de la maestría mi amigo Álvaro Beruben me dijo -abre una cuenta de Instagram, te vas a hacer adicto- Yo voy a ver, y de repente me doy cuenta de que Instagram son imágenes, y me doy cuenta de que el arquitecto hace imágenes entonces, empecé a ver todo lo que yo hacía desde el 2013 como contenido, empecé a trabajar ese contenido, empecé a manipular ese contenido y empecé a difundir ese contenido.
Empecé a utilizarlo a mi favor, y me veo como una hormiga constructora que manipula y que comparte su contenido. Si además empezamos a ver otra vez que somos una especie animal y no la función, sino el objetivo de la vida es que siga creciendo. Para la célula el objetivo fundamental es multiplicarse, es replicarse, es crecer, es expandirse. Esto es lo que estamos viendo con el virus, el virus no es malo por sí mismo, su función su programación es multiplicase.
Alfonso Arias: El arquitecto, con esta visión que tú tienes y con la experiencia que te ha dado poder tener una formación en diferentes lugares o diferentes universidades de México en el extranjero, además ahora como docente. ¿Cuál es tu opinión general sobre la formación de la arquitectura en México? ¿Qué fortalezas encuentras? ¿En qué es mejorable? ¿Qué necesita ser cambiado con urgencia?
Abraham Cota Paredes: Es un claro oscuro como todo, es muy potente porque está llena de buenos arquitectos. Hay grandes arquitectos dando clases en grandes y buenas universidades en México, pero si lo vemos realmente desde el punto de vista más allá de los números es bastante pobre. Si tú contabilizas cuántas universidades con la carrera de Arquitectura hay en México, (ahorita nos ponemos por dar el ejemplo a inventar el número). Vamos a encontrar que hay, no sé… quinientos, seiscientos, mil universidades de México que dan el título de arquitecto, y de ese número arbitrario, ¿Cuántas tienen buenos maestros? ¡Porque la educación es el maestro! así de sencillo. Yo hablo mucho sobre que la universidad se va a morir o va a desaparecer, quizás no desaparece completamente, pero va a desaparecer de la manera en cómo la concebimos.
Ya no va a ser la misma después de la pandemia. Por ejemplo; ahorita los del TEC de Monterrey y todas las universidades están bajando sus matrículas, están haciendo cosas como esas porque ya no tienen la misma demanda. Si esto va para largo, el tema es digital entonces. Pero bueno, lo que te quiero decir es que el porcentaje de maestros buenos en universidades de México es, me atrevo a decir, es el 1% o 2%.... Nunca mayor al 10%. Entonces eso te habla de que el 90% de los alumnos que quieren estudiar Arquitectura en México van a recibir una educación de mediocre a mala.
Eso nos vuelve un porcentaje mínimo y bastante privilegiado a los que estudiamos en universidades públicas de buen nivel como la Universidad de Guadalajara. Que ojo. La Universidad Guadalajara cada vez tiene peores maestros. Entonces es cada vez más complejo el panorama para los nuevos. Sin embargo, lo que rescata a la Universidad Guadalajara, es que cada vez son menos sus maestros y más sus alumnos, yo siempre digo que una universidad pública tiene a su favor que va a tener siempre a los mejores estudiantes, va a tener la mejor hormiga.
¿Por qué? Porque es una hormiga que pasó por un examen que le costó trabajo. Es una hormiga que tuvo que tener un buen promedio de preparatoria o de secundaria, entonces es una hormiga que por sí misma tiene una buena capacidad. Aunque le pongas un maestro malo, la hormiga es buena. Entonces; si es una hormiga buena, va a poder hacerlo mejor con lo que tiene, es esa la virtud que tienen las universidades públicas, háblese de La Politécnica de Madrid, de Barcelona, de Guadalajara, de México. Es decir, la virtud está en el alumno o alumna, y si a eso le sumas buenos maestros como los que hay en muchas universidades de Europa, de España, de México, en Argentina, en Brasil. Donde hay buenas universidades, grandes universidades públicas, con grandes profesionistas que están ejerciendo y que están impartiendo educación, encontraras la clave del éxito. La clave del éxito es que el estudiante reciba educación de un profesionista, no de un maestro como tal.
Para mí la persona que enseña necesita ejecutar, porque si no, enseña lo que le enseñaron a él y se dedica solamente a transmitir la educación, no a desarrollarla. No está investigando porque el maestro tiene que ser un investigador. ¿Y cómo investiga el arquitecto en el campo? Ejecutando, desarrollando, haciendo muros de concreto, haciendo muros de piedra, haciendo muros de tierra, haciendo un muro, experimentando. Y después, cuando experimenta, se plantan un salón de clases y les dice ¿Saben qué? a los muros de tierra pónganle cimientos de concreto, porque si no, se les van a llenar de humedad y se les van a caer. Pónganle una losa de madera y un sombrero, porque si no, se les van a humedecer, ¿Si entiendes lo que te quiero decir? el maestro tiene que ser el ejecutor, el que desarrolla.
Entonces, en la época digital, para mí la universidad es una interfaz, ahorita estamos usando una interfaz (zoom) que usamos todos los días, las redes sociales son interfaces, interfaces que conectan personas, que conectan hormigas. La universidad era un interfaz que conectaba estudiantes o alumnos con maestros, pero de repente llega la pandemia y todos nos vamos y nos protegemos en nuestras guaridas, en nuestras madrigueras y nadie quiere salir.
Tenemos que educarnos a través de estas interfaces. ¿Dónde queda la universidad? Pues la universidad, la interface, esto es la universidad, que conecta el que quiere el conocimiento con el que tiene el conocimiento. Entonces yo me he dedicado desde hace tres años (porque yo empecé con esto desde el 2017) a generar esta interfaz, esta interfaz que conecta gente que quiere conocimiento con gente que tiene conocimiento, y entendido que podemos ser mucho más masivos, mucho más democráticos. Porque es más económico, porque no estamos pagando edificios, no estamos pagando la infraestructura que tiene que pagar una universidad para subsistir, podemos ser mucho más eficientes. Lo que nos enseña la época post-pandémica es que podemos ser mucho más eficientes como especie para desarrollar nuestra labor, para educarnos, para reproducirnos, para alimentarnos, para transportarnos.
Alfonso Arias: Abraham, noté que mencionaste de manera superficial un punto muy importante, me llamó mucho la atención porque lo hemos escuchado también con otras personas. Que los profesores que estén compartiendo conocimiento con los alumnos sean personas con experiencia no solamente teórica sino práctica, en este sentido, ¿Qué consideras tú, podría mejorarse o modificarse en las universidades para vincular a estos alumnos con el campo profesional?
Abraham Cota Paredes: ¡Que las universidades se vayan muriendo! porque imagínate que tú eres un CEO de Harvard o un CEO de, no se… de Rappi, imagínate que tú eres el colombiano que inventó Rappi y piensas, bueno voy a dar clases al Tec de Monterrey, o voy a entrar a dar al IPADE a una maestría y voy a dar clases solamente a 12 personas que pudieron pagar 200 mil pesos al semestre. Pues bueno, vas a poder educar a 12 personas, pero imagínate que tú dices, - ok, no voy a necesitar del IPADE o del Tec de Monterrey, voy a abrir un curso yo solo y voy a abrir una convocatoria en redes sociales, voy a hacerlo masivo a través de un webinar. Te voy a cobrar la mitad de lo que te cobrarían en el IPADE o la tercera parte, o la cuarta parte de lo que te cobraría en una institución. Pero como voy a tener diez veces más de alumnos, pues voy a ganar el triple o el cuádruple, no lo sé, y al mismo tiempo voy a educar diez veces más o a cincuenta veces más personas, porque depende de mí qué tan masivo lo quiero hacer, y depende de cuánta gente esté interesada, pero, imagínate el conocimiento que realmente tiene el CEO que dirige a Rappi.
Es decir, eran unos colombianos locos que hicieron un App, y de repente ya están pegándole a Uber, a otros, no sé de dónde son los de Uber, si es Estados Unidos o de Finlandia o de Europa, no sé, pero imagínate el nivel de estos jóvenes visionarios, imagínate tener las clases con él en vez de tener las clases con un maestro que lleva dedicándose 30 años a hablar frente a un pizarrón y tiene dos doctorados en, no sé, en economía administrativa o yo que sé. Yo prefiero un webinar con el CEO de Rappi, y aunque no me dé mi título, aunque no me dé mi diploma certificada por el IPADE, me da igual, prefiero que me den mi certificado o diploma que tenga la firma del CEO de Rappi, que al en un futuro va a ser uno de los hombres más ricos del mundo. Esa firma me vale más que la firma del director del IPADE, y eso te habla ya de los títulos. También te habla de las credenciales que, en este mundo virtual, qué te importa si tú, o la persona con la que estás trabajando tiene título, al final lo que quieres es la competencia, lo que quieres es el producto, que te cumpla tu necesidad, y si te está cumpliendo la necesidad al mejor nivel, pues obviamente algo habrá detrás. Es decir, habrá estudios detrás que le están dando a él la capacidad para poderte entregar un producto de primer nivel, pero lo que te quiero decir es que la universidad como institución es cada vez menos necesaria, lo que es más necesario es que las personas como ese CEO de Rappi o de repente diga yo tengo el conocimiento, ¿Por qué no me hago un curso? ¿Por qué no me abro una clase semanal donde yo me siento simplemente una hora enfrente de mi escritorio a platicar de mis proyectos? Empiezo a pensar, voy a hacer una cronología de mis proyectos y voy a empezar desde el proyecto a mis 23 años y cada lunes a las 10 de la noche me voy a sentar a platicar de mí, de mis proyectos, desde el primero hasta el último.
Y puedes hacer eso todo lo abierto que quieras, puedes decir voy a cobrar 20 pesos o voy a cobrar un dólar, va y probablemente vas a tener ahí a 30 mil personas dándote 30 mil dólares cada día que te sientes a contar tu historia. ¿Si me entiendes? y a ellos les costó un dólar y tú ganaste 30 000 y están aprendiendo de David Chipperfield (hablando ya de arquitectura) y David Chipperfield. está educando al mundo, entonces el poder del Internet es que una persona puede educar millones.
Alfonso Arias: Pero ¿Cómo se relacionarían los alumnos al campo profesional?
Abraham Cota Paredes: Pues que adquieran el conocimiento, si adquiero el conocimiento de David Chipperfield, entonces yo sabré qué hago, ahí es donde entra la prueba de qué tipo de hormiga eres. Porque hay hormigas que no van a hacer nada con ese conocimiento, Hay hormigas que simplemente, si lo ven gratis en internet saben que lo pueden consumir. Pero probablemente sí Chipperfield abre un curso que te cuesta 30 mil dólares. ¿Probablemente si lo consuman, sabes? además, ya que lo tienen, habrá gente que lo utilice, habrá gente que agarre las enseñanzas de Chipperfield y las plasme en obras, las plasmen y las ejecute y las evolucione, y habrá gente que no, que solamente se va a quedar con la experiencia de decir bueno, tomé una clase con David Chipperfield. Lamentablemente no todo depende del maestro. Depende qué clase de hormiga seas.
Alfonso Arias: Abraham, creo que lo has tocado en forma somera, pero ¿Cuáles fueron las razones o qué fue lo que te motivó para comenzar con esta iniciativa de formación por medios digitales de la Arquitectura?
Abraham Cota Paredes: Pues mira, como todo en la vida nace de la necesidad, la palabra crisis, desconozco en que idioma se puede traducir al español como oportunidad. Yo tuve una crisis hace tres años que se convirtió en una oportunidad, pero tienes que ir más allá.
Cuando yo estudio la maestría, cuando yo llego a estudiar a España, llego en el 2011, llego a la mitad o no a la mitad, llego al inicio de la crisis, ¿sabes? [sic], Porque ahorita si ya lo ves en perspectiva, apenas iba empezando la crisis. La crisis europea. ¿No te acuerdas? El default de Grecia, el default de España, los impagos, entonces yo llego a España con un poquito el background de que todos los que se iban a estudiar España se quedaban a trabajar en España, porque había tanto trabajo que terminabas el máster y alguien se iba a trabajar con Juan Herreros y otro estaba trabajando con Patxi Mangado y otro estaba trabajando con Torena.es decir, todos los ex - master se quedaban trabajando en España y desarrollaban su vida y se casaban allá, y estaba buenísimo, pero yo llego y me toca la crisis. De repente ya nadie se puede quedar a trabajar porque no hay trabajo, las oficinas de arquitectura empiezan a despedir masivamente, se acaban los concursos, se acaba todo y entonces pensé ¿Yo qué voy a hacer? ¿Cuál va a ser el plan? Ya no va a ser el plan quedarme acá, va a ser el plan regresarme, y mi maestro, el director de carrera (nunca olvido) nos dijo; “Ustedes lo que tenéis que hacer es regresar a sus países y compartir lo que aquí aprendieron”.
Porque básicamente los alumnos del máster éramos latinos, éramos muchos argentinos, algunos mexicanos, ecuatorianos, de Puerto Rico. Y por ahí había una española y había una albanesa, pero básicamente éramos Latinos que queríamos mejorar la educación que recibimos, porque la educación que recibes en Latinoamérica es insuficiente, insuficiente en el mejor de los casos.
Entonces nos decía José Manuel Pozo, tienen que regresar y compartir el conocimiento que aquí adquirieron con toda la gente que puedan, tienen que regresar a dar clases a universidades latinoamericanas para mejorar el nivel educativo, para mejorar el nivel educativo de sus connacionales, ese momento se me quedó, se me quedó impregnado, eso no me dejó. Entonces lo primero que yo hago cuando regreso a México por distintas razones económicas muy importantes, porque no tenía dinero y porque no tenía trabajo y no tenía proyectos y no quería trabajar para nadie, quería compartir mi conocimiento, antes de irme a la maestría, yo lo tenía claro (De hecho, si hablas con amigos de la Universidad de Guadalajara te dirán el desde el segundo semestre estaba hablando de hacer una escuela), te lo juro porque yo tenía el sueño en ese momento. Es decir; imagínate una escuela de la que solamente salgan los mejores arquitectos, pero luego me acuerdo que me escuchó un gran maestro, Carlos Muñoz Botello, y me dijo; “Es que no puedes verlo solamente así porque hay mucha gente que no va a ser proyectista, no puedes solamente recibiríamos buenos proyectistas en esa escuela, ¿Por qué? porque la arquitectura tiene un campo de trabajo mucho más extenso”.
Pero bueno, yo en esa ignorancia, pues quería eso, quería formar buenos arquitectos en mi escuela, buenos proyectistas, buenos diseñadores. Lo que te quiero decir es que ya es un deseo que traigo adentro desde que inicio, yo les digo ahora cuando me preguntan ¿A qué te dedicas? Yo les contesto me dedico a compartir.
Yo me dedico a compartir lo que sé y me dedico a compartir mis habilidades y me dedico a compartir habilidades de otros, porque hago un taller donde otro da clases y el comparte su conocimiento, y entonces me gusta verme a mí mismo como una persona que se dedica a compartir contenidos que pueden ser una construcción, y entonces pues nada, yo me regreso a México, empiezo a dar clases en la Universidad del Valle de Atemajac, y tanto por necesidad económica y por un deseo así empezó y no he dejado de dar clases desde el año 2013 que me parece que ingresé a la UNIVA.
Te voy a contar cuando yo terminé de construir la cueva, (no sé si la conozcas esta casa), un día me habla la clienta y me dice “Abraham, se me está metiendo el agua por la ventana y se me está mojando mi duela y se me está inflamando y no sé qué”. Yo estaba comiendo afuera de la oficina, bastante, bastante presionado y nervioso porque se nos acababa el trabajo, ya no había, me había independizado y me había independizado con la promesa de que iba a construir una casa, pero el cliente se echó para atrás y yo ya tenía la carga del pago de la renta de una oficina por todo un año y las nóminas y etc. Y de repente era como que eran épocas muy duras, de mucho nerviosismo todos los días, dónde me acuerdo que llegaba a las siete de la noche y me tiraba en el piso de la oficina a voltear a ver al techo con esa desesperanza de pensar no sé a dónde voy.
A esa época de mi vida siempre le llamo flotar, porque lo único que quería era que el barco flotara, no quería que avanzara, es decir, ni siquiera ve para acá ni ve para allá, y en esas épocas donde no tenía trabajo y solamente tenía cositas. Un día me habla la cliente de la cueva por la tarde y me dice, “Abraham son treinta y tantos mil pesos de cambiarle la duela a mi piso de la recámara que se inundó por la ventana” y pensé ¿qué hago? ¿De dónde voy a sacar dinero? Mi hermana María Isabel, ella estaba tomando una maestría en la Universidad de Phoenix en San Diego una universidad que se reconoce por ser una de las universidades más grandes digitales o semi presenciales en los Estados Unidos. Recuerdo que fui a su graduación al estadio de los padres o no recuerdo el nombre y había… no lo sé, 5000 egresados, muchísima gente de muchas carreras, y la maestría que ella estudió era prácticamente en línea y a veces los viernes tomaban clases presenciales, entonces, cuando yo pensaba ¿Qué voy a hacer? Pues ¡voy a dar un curso!
Voy a dar un curso de diseño arquitectónico, que es lo que yo estudié, es mi especialidad, voy a dar un curso y de ahí vamos a ver si consigo para pagar la duela de y entonces hablo con mi hermana, una de esas tardes de melancolía y le digo “Oye Tita, ¿Tú cómo estudias? ¿Cómo tomas las maestrías en línea? Y me dice “ah, pues hay un programa que se llama zoom”, me platica de zoom y me platica sus bondades y pienso “ok, vamos analizando zoom esto es 2017”, te estoy hablando del verano 2017 y abro zoom, abro una cuenta y de repente me doy cuenta que de las dos cosas fundamentales que es compartir pantalla y La herramienta del lápiz, de la pluma que puedes rayar la pantalla, y en ese momento yo ni siquiera tenía una laptop táctil, pero Alexis de la oficina tenía una laptop tac táctil que me prestaba para mis clases.
Entonces le quitaba su laptop y yo podía dibujar con el dedo en la pantalla, y para mí, cambió mi vida ¿Porque? Porque era como estar en el escritorio con el alumno en la universidad, pero mil veces mejor, porque de repente le estoy dibujando una sección en la pantalla y le digo “sí, una sección como el Museo Kimbell y le comparto pantalla y le estoy mostrando las imágenes de la sección del Museo Kimbell y al mismo tiempo la estoy dibujando.
¿Me entiendes? Entonces es un nivel que jamás me tocó a mí, a mí me tocaban las revisiones con mi maestro de 80 años y me rayaba todo el plano, terminaba mi plano todo rayado y yo llegaba a mi departamento a trabajar, no sé, las a las diez de la noche me ponía a trabajar el proyecto, sacaba mis planos todos rayados, no entendía nada qué me dijo ¿sabes? Y de pronto yo en zoom podía grabar, me doy cuenta de que puedes estar grabando como ahora, entonces pensé “Es una locura porque le hago la revisión al alumno, se queda grabada y el alumno la puede revisar cuantas veces quiera, cuando se quiera sentar a trabajar a las 12 de la noche, y puede darle pausa y regresar”, es una educación mil veces mejor, y al mismo tiempo empiezo a lanzar a través de las redes sociales, a través de Instagram, a través de Facebook, mi primer curso.
Entonces se inscribieron ese par de locos y tuve mi primera clase, mi primer taller de diseño arquitectónico que arrancó en septiembre del 2017 con tres alumnos, me parece, ellos dos de por allá de Jalapa, Veracruz y una chica en Matamoros, después el jefe de taller de Luis Armando Gómez Solórzano de Appaloosa se inscribió. Como que Luis Armando me conocía y le dijo a su jefe de taller “toma el curso” y lo tomó online y pues ahí van.
Alfonso Arias: Saludos a todo el equipo Appaloosa, Justamente, me llama mucho la atención, porque platicando, Gabriel Esquivel y yo con otros muchachos de la Universidad Ibero en Tijuana (por una investigación de la que también sale un artículo), hablamos que la tecnología vino a democratizar la enseñanza, y nos llama mucho la atención el cómo en buenas manos, puede ser utilizada para hacer un punto de reunión entre todos los personajes que están desarrollándose en diferentes puntos del espectro de la arquitectura, y claro, esto obviamente tiene muchísimas ventajas. Otra de las dudas que indudablemente surgen es; siendo la Arquitectura una disciplina que trabaja con el espacio construido, con el espacio que debe de experimentarse con los cinco sentidos que están oficialmente reconocidos como sentidos de percepción del ser humano ¿Cómo afecta esta sensibilidad la enseñanza con la tecnología, por medio de una pantalla? ¿Cómo se ve afectada la sensibilidad arquitectónica de quien opta por esta enseñanza? ¿Qué efecto consideras que tiene este tipo de educación sobre quien la recibe?
Abraham Cota Paredes: Pues es muy interesante, porque hay una frase de Maquío Clouthier que dice “México va a cambiar contigo sin ti o a pesar de ti”. Yo te diría aplícalo a todo, las cosas van a cambiar contigo, sin ti o a pesar de ti, la tecnología va a evolucionar contigo, sin ti o a pesar de ti. La arquitectura va a evolucionar contigo, Sin ti o a pesar de ti. Las relaciones, la gente, todo, entonces la enseñanza va a evolucionar contigo, sin ti o a pesar de ti, si tú quieres. Imagínate cómo enseñaba la arquitectura en la época de Da Vinci, en los que los años 700’s, en los 600’s.
No había escuelas, comenzaban las universidades, aprendías el oficio del maestro, ese era el Renacimiento, acuérdate que la arquitectura de esa época la importan los italianos de los romanos, la gente de Constantinopla, cuando se incendia Constantinopla, que se queman. Imagínate ahí si estaban libros de arquitectura, ahí sí estaba todo el desarrollo de la arquitectura romana que se pierde, entonces la gente que sabía hacer arquitectura se escapa de Constantinopla y se van a vivir a Florencia, se van a vivir a distintas ciudades de Italia.
Esa gente empieza a ejecutan arquitectura y si tú quieres aprender este oficio, pues aprendías con ellos directamente. Tú te imaginas si a esa gente llega ahorita y le dices “Este es mi modelo de SketchUp” ¿Qué te diría? Te dirían estás loco, la Arquitectura no se va a enseñar así, ¿Has visto los modelos que hacía Gaudí de los contrapesos, de las bóvedas? Esa gente te diría tienes que hacer este tipo de cosas ¿Sabes? Es decir; la Arquitectura solamente así se aprende, pero si te llevas con un ingeniero, te hace un modelo en SAP, creo que así se llama el programa que usan mucho, donde un modelo matemático te marca en rojo los puntos de falla, y si todo el modelo está en verde, todo marcha bien ¿Qué necesitas? Andar poniendo o colgando saquitos, ya no se necesita. Lo que te quiero decir es que la educación en cualquier sentido tiene que evolucionar, y la Arquitectura, la educación de la Arquitectura tiene que evolucionar, no puedes seguir calculando como lo hacía Gaudí, no puedes seguir diseñando como lo hacían ellos, no significa (ojo), que sea mejor ni peor, eso para nada, ni peor ni mejor. Porque hay un síndrome, hay un síntoma o síndrome que le llaman el síndrome de la edad de oro.
No sé si viste la película de Woody Allen, Medianoche en París, es muy buena porque te habla de ese síndrome de creer que la época pasada fue mejor. Y cuando se va y viaja la época antepasada, Cuando van a la Belle Époque, de repente se da cuenta de que ellos también querían vivir antes, ellos también creían que antes era mejor. Entonces esa creencia siempre va a existir, es esa creencia de pensar que el futuro es malo, el futuro en la actualidad, la nueva generación ya está perdida, la nueva era del mundo se va a acabar con la nueva generación. Ese pensamiento lo han tenido desde Da Vinci, desde los relojes egipcios, los egipcios pensaban lo mismo, la siguiente generación va a acabar con el mundo. Entonces la enseñanza, la Arquitectura no va a ser la misma y no puede ser la misma.
La tecnología va a llegar a este punto en el que te va a dar todos los estímulos, imagínate que yo estoy adentro espacio virtual en zoom con diez mil personas en todo el mundo. y les estoy diciendo, “sientan la altura, vean cómo pega la luz”, ahora vamos a poder controlar, que son las seis de la mañana y de repente cambia toda la atmósfera a la tarde, imagínate lo que va a haber en 100 años, porque llega un punto en el que la imaginación puede permitirlo, Da Vinci pensaba 500 años en el futuro ¿Por qué yo no puedo pensar también en 1000?
Entonces yo quiero creer que así va a ser. ¡Yo quiero creer que me voy a morir con 10000 personas conectadas al mismo tiempo con sus lentes de realidad virtual, y les voy a dar tour, les voy a decir “¡Ok, entendieron la cueva y ahora vamos al pabellón de Barcelona” Bum! de repente nos vamos al pabellón de Barcelona, y les empiezo a explicar las similitudes, el efecto chimenea del muro bajo, el patio, de repente les digo ¿Ya entendieron el patio? Caminamos el pabellón de Barcelona y les digo “ahora vamos a ver el patio de la casa Gálvez de Luis Barragán”. Eso es una realidad, te lo juro, pero es una realidad que hay que esperar un poquito, no mucho, me atrevo a decir que menos de veinte años.
Alfonso Arias: Esto me da pie a la siguiente pregunta. Queremos conocer tu visión de la arquitectura, pero en cuestiones de cómo va a ser para México en este panorama global. ¿Cómo se modificará esta educación a mediano plazo? No hablando solamente de ideales, sino diagnosticando a la Arquitectura Mexicana en este nuevo mundo.
Abraham Cota Paredes: Es corto plazo. Porque yo lo estoy haciendo y ya voy tarde. Entonces en el corto plazo, pues sigue un nuevo diplomado, un nuevo diplomado donde voy a tener alumnos… Justo ahora tengo alumnos de Bolivia, de Ecuador, de todo México, tengo uno en Francia, en el pasado hubo de Colombia, tengo una Argentina. Hay cinco países en mi diplomado actualmente, y tengo maestros como Alejandro Borrachia, que es decano de la Universidad Morón en Argentina, el dio clases el lunes. Space Workers, que son arquitectos portugueses y que están a punto de ganar el premio ARQUITEC dieron clases hace tres semanas y Lucio Muniain hace dos semanas.
Rafa Pardo hace tres semanas. Toda esa gente, yo les digo “¿De qué otra manera le podrían dar critica a un chico en Bolivia?” ¿De qué otra manera? A través de utilizar las redes. Entonces eso ya es ahora. la pregunta es ¿Qué sigue? Voy a generar una academia cada vez más formal, virtual, en donde ya el conocimiento quiero que lo compartan más maestros.
Entonces ahorita en esta semana, Lucio Muniain en México y Carlos Patrón en Mérida, Roberto Ramírez en Mérida, Min Peniche y Jorge Duarte, Arkham Projects en Mérida, Rafa Pardo en Xalapa, Juan Carral en Cancún, tienen la tarea de hacer un video de un recorrido en una de sus obras terminadas, un video de 25 minutos. ¿Tú sabes lo que sería un video de 25 minutos de Le Corbusier explicando y recorriendo la Villa Savoya? Esos videos se van a generar esta semana, se van a compartir en las redes y van a ser temporalmente gratuitos, después va a haber una membresía para poder verlos, esos videos van a generar, no sé, 100 mil vistas o un millón de vistas y ese es un millón de vistas significa que los van a ver 50 000 personas, esas 50 000 personas en México, porque nuestro país es el principal seguidor de mi canal en YouTube, después sigue Perú, después sigue Estados Unidos, pues va a haber 50 mil personas regadas por el mundo entre México y otros países que van a consumir ese conocimiento, lo van a digerir y lo van a poner en práctica.
Todos estos arquitectos, vamos a empezar a generar asesorías porque ya no van a hacer cursos de arquitectura completamente, lo que yo quiero es empezar a dar asesorías, entonces tú te vas a suscribir a mi universidad o a mi academia o a nuestra academia y vas a pagar por una asesoría mensual, vas a pagar por una suscripción mensual, esa suscripción te va a incluir todos los videos de los maestros, porque cada semana cada maestro va a hacer dos videos explicando cómo hacen su concreto, como hacen su bóveda, etc.
Rafa Pardo dice que la arquitectura fundamentalmente se aprende en obra, fundamentalmente, la obra, los videos que yo subo a YouTube de mis procesos constructivos están ayudando, y yo creo que más que mis cursos de diseño, porque más gente los puede consumir, porque he tenido yo en mis cursos de diseño, no sé, doscientos alumnos, pero ¿Tú sabes cuántas personas han visto mis videos? me atrevo a decir cientos de miles.
Esas personas me escriben todos los días a las redes, me agradecen, “Abraham muchas gracias por compartir tu conocimiento y mira lo que estoy haciendo acá y mira la ventana linternilla que hice en la casa que estoy construyendo en Perú”. Es decir, ya lo están utilizando, ya está.
Lo que te quiero decir es que ahorita, la nueva iniciativa es que ya no tengas que tomar un curso, que te tenga comprometido, quiero que la suscripción a este Netflix de Arquitectura te incluya tres asesorías al mes, imagínate que tú por una suscripción mensual, tengas derecho a una hora y media (porque cada revisión va a durar media hora), entonces, que tú tengas derecho a 3 medias horas al mes con arquitectos como Lucio Muniain, como Manuel Herrera, como Juan Carral, como Carlos Patrón, como Arkham Projects, como Alejandro Borrasca en Argentina, como los Space workers en Portugal, y todos los que se vayan sumando, porque gracias a que comparto, la gente se acerca y cada vez más gente quiere dar clases, cada vez más gente quiere sumarse a este movimiento, que se está generando. Imagínate que tú eres un estudiante de Arquitectura en una universidad media mala en El Salvador, o media mala en Paraguay, o media mala en Venezuela.
Que tus maestros no desarrollan Arquitectura, no construyen, no hacen nada, pero tú quieres tu educación, ¿verdad? Y es para lo que te alcanza, y de repente dices tú “Ok, yo puedo hacer el esfuerzo de pagar esta suscripción a esta academia y mejorar el proyecto que estoy desarrollando en mi universidad, con mi asesoría pobre de mis maestros pobres (Pero pobres de conocimiento, no de dinero) que no me ayudan, o me suscribo aquí y de repente con el proyecto que estoy haciendo en quinto semestre puedo recibir tres críticas al mes con grandes arquitectos de todo el mundo”.
¿Te das cuenta el potencial que tiene eso? Tiene el potencial de mejorar la educación de todo el mundo, porque si lo que quieres es tu título, te metes a la universidad Patito y de cualquier pueblo o de cualquier ciudad Latinoamericana, pero te suscribes a esta academia donde recibes tres asesorías mensuales con grandes arquitectos y ellos te van a ayudar a llevar el proyecto de cada semestre.
Si quieres esa secuencia, ahora imagínate que eres un egresado que tiene tres años de egresado, que te cayeron tus primeros proyectos y que quieres hacerlo muy bien, pues te suscribes a esto, Y en tu asesoría preguntas “Oye, arquitecto, no sé ¿En qué? ¿Cómo hacer una escalera de concreto aparente?” El asesor empieza a transmitir su conocimiento, imagínate que Barragán estuvieran en ese curso, en esa academia.
Alfonso Arias: ¿Y qué pasará con los aspectos de regulación gubernamental y la sensibilidad dada por la experiencia propia? Siendo exclusivos en el punto espectral de la Arquitectura que refiere a la construcción, el que obtengas un conocimiento compartido no representa que puedas construir ante una autoridad.
Abraham Cota Paredes: De la misma manera, imagínate que la gente ya tiene todo el conocimiento, ya tomaste todos los cursos, ya tomaste todos los diplomados y todos los webinars, todo el conocimiento ya lo consumiste, pero, pero si estamos hablando que es un país como México, donde el 90% de lo que se construye, se construye sin licencias, entonces ese es un tema que de verdad que da mucho de qué hablar. Por ejemplo, ahorita, que hablaba de la autoconstrucción, me imagino que ya lo saben, acaban de lanzar un programa, un manual de autoconstrucción en México, que para mí lo que va a hacer es formalizar la irregularidad. Porque somos un país en el que muy pocas personas estamos dentro de la economía formal. Entonces ese manual de autoconstrucción va a legalizar la informalidad. ¿Saben? Es decir, todo lo opuesto a lo que debería de cerrar paso, le va a dar herramientas a la gente para que no necesite a un arquitecto para construir, a que no necesiten a un ingeniero para construir, eso es lo que está generando nuestro presidente, entonces yo te diría a ti. Después de tomar todo, después de generar todo el conocimiento en un país formal, en un país como Estados Unidos. ¿Qué sigue? Pues tomar tus acreditaciones. Es como cuando tomas tu curso de Revit, (Estamos por lanzar un curso de Revit) para certificarte en Revit (porque tenían el modelo negocio anterior), tenías que aplicar un examen en un centro de capacitación certificado Revit y solamente en sus computadoras podías tomar ese examen, ahora, por ejemplo, vamos a dar un curso aliados con un instituto, con un BIM Center y este no tienen todavía una infraestructura para dar sus cursos online, entonces estamos trabajando en un diálogo con ellos para negociar, donde les decimos “permíteme, dame licencias online para que la gente pueda tomar el examen de capacitación en certificación Revit BIM online, que no tengan que venir acá” Entonces eso es lo que se va a tener que hacer, Se van a tener que generar sistemas de certificaciones online en vivo, con el maestro en la cámara, viéndote que no sabes ciertas cosas, para que no todos obtengan la certificación que te permita construir, entonces eso sería como la prueba de fuego de este sistema educativo, verdad que la gente que consumió tres años de contenido de este tipo pueda pasar un examen.
Hay que hacer viajes de estudio. Imagínate que de repente todos estos alumnos que están por todo el mundo decimos, en la academia hay tres viajes internacionales al año, entonces serán una semana o dos semanas intensivas, todos nos vemos en Mérida y vamos a conocer las pirámides de la zona, y después vamos a visitar la arquitectura de los maestros que tenemos por allá, y el siguiente viaje nos vamos a Oporto y vemos todas las arquitecturas de los maestros que tengamos por allá.
Imagínense esas dinámicas, porque también lo que sigue es hablar del transporte, porque yo les digo que el tiempo cada vez se vuelve más relativo en el momento en el que la barrera de la distancia se pierde en estas siguientes décadas, se está trabajando fuerte en los vuelos rápidos, de Nueva York - Madrid, y hacerlos en tres horas, estos vuelos ya mucho más rápidos; obviamente va a tardar tiempo en que sean low cost, pero como les digo, tarde o temprano te va a costar barato volar de Argentina a Nueva York en tres horas. Vas a estar tomando tu clase en línea y de repente la siguiente semana, el lunes, vuelas de Buenos Aires a Nueva York y vuelas a las seis de la mañana y a las doce del día estás en el Time Square, no sé, será una locura, el futuro va a ser una belleza, yo soy muy optimista, como se pueden dar cuenta.
Alfonso Arias: Abraham pues no me queda más que agradecer compartieras con AGENCIA tus ideas y pensamientos, este es un punto de encuentro (como ya lo mencioné antes), de todas las voces que buscan ser escuchadas por la sociedad para plasmar la importancia de la arquitectura en nuestra vida cotidiana. Me despido esperando pronto podamos trabajar nuevamente juntos y agrupar todos los personajes que están uniéndose a esta dinámica para debatir y encontrar puntos comunes, te deseo una excelente semana.
Abraham Cota Paredes: Igualmente, Alfonso, hasta luego.