TODO LO QUE NO APRENDISTE EN LA ESCUELA
Visualizando el estado y metas de la docencia en Arquitectura en México
¿Título llamativo? A menudo he repetido el viejo adagio que compara la Arquitectura con la Medicina, en cuanto que son profesiones donde uno nunca deja de estudiar y aprender. Esto, relacionado al constante surgimiento de nuevas formas de habitar, tecnologías, dinámicas sociales entre otros diversos temas que empujan el contante, importante y necesario avance de la profesión. Ante esta proclamación de una cultura de estudio infinita ¿Como podemos llegar a pactar un programa curricular finito?
EL LEGADO DE LA PARADOJA
Esta paradoja de ¿Qué y Cómo? debe aprender uno a ser arquitecto no es nueva. Su origen se puede trazar al final de la edad media en la Florencia renacentista. En aquél entonces se optó por sacar al arquitecto de los gremios de artesanos medievales y unir su labor con las artes y filosofía. Mediante esta unión se gesta el primer modelo pedagógico académico, en el que la definición de Arquitecto y Arquitectura pasa de algo dado a un debate filosófico. (Tanto es así que hasta la fecha nos es difícil definir si es una Humanidad o Ingeniería). Posterior al renacimiento el modelo académico floreció, creció y evolucionó con las distintas academias reales bajo el comando de los reyes en Francia e Inglaterra hasta llegar a la creación de las instituciones privadas en Estados Unidos.(i) Es así que hemos logrado juntar un importante historial de arquitectura académica de casi 600 años. Una cifra sin duda notable de no ser por los 4,000(ii) años previos de arquitectos educados por lo que podemos llamar el modelo atelier.(iii)
2015 / 376
Al año 2015, México contaba con 376 instituciones (públicas/privadas) acreditadas para emitir títulos de licenciaturas e ingenierías en Arquitectura.(iv) El estado de Puebla siendo la entidad con la mayor cantidad de instituciones (34). Los estados de México, Jalisco, Puebla y la Ciudad de México en conjunto contando con la tercera parte de la oferta total del país. En Nuevo León de las 17 instituciones nombradas, a la fecha de este artículo 7 de ellas han dejado de ofrecer el programa y/o han cerrado sus puertas.(v) Esta lista representa 376 instituciones que postulan haber resuelto la paradoja propuesta por este artículo. Por lo tanto, resulta entonces interesante entender las distintas perspectivas y filosofías de cada una de estas propuestas curriculares. Donde se describe ¿Qué y Cómo? Se enseña en las academias de arquitectura.
La gran mayoría de la oferta académica en México se divide entre universidades públicas y privadas de diferentes tamaños cuales ofrecen arquitectura como una de sus varias facultades. Junta a estas universidades existe un pequeño e incipiente grupo de institutos especializados únicamente en las disciplinas relacionadas con el diseño sin ofrecer otras facultades. Realizando un ejercicio comparativo de la misión y descripción de 7 programas académicos, encontramos que los términos más utilizados para describir los programas son: Construcción, Diseño, Arte, Cultura, Humano, Urbanismo y Sustentable. Mientras que Tecnología, es únicamente mencionado en la mitad de los programas e Innovación es únicamente mencionado por 2 de ellos.
Con este ejercicio no se pretende sugerir que debamos valorar instituciones únicamente a través de sus descripciones de misiones académicas, cuales a menudo deben ser condensadas y trastocadas por una serie de comités. Sin embargo, no por ello estas dejan de tener importancia y estas resultan primordiales en el entendimiento de la dirección que toma la pedagogía de arquitectura en nuestro país. Ciertamente, el valor de una institución va más allá de los detalles específicos o minuciosos de su programa académico, como lo son sus instalaciones, infraestructura, historia y profesorado.
Existen valores físicos y tangibles que aportan las instituciones como lo son sus instalaciones (bibliotecas y espacios de trabajo), historial (experiencia y logros académicos) y sobre todo su capital humano (profesorado y administración). Este último siendo clave en entender que lo que ofrece una institución académica no es únicamente la transferencia de conocimientos si no aunada a esta también la oportunidad de redes de conexiones personales entre colegas, alumnos y docentes. Aquello para lo que el idioma ingles usa el verbo de “networking”. Sin embargo, quizá aquí estamos vislumbrando el verdadero cuestionamiento: ¿Que nos dice sobre el futuro de la profesión en México estos 376 programas? ¿Qué buscan lograr estas 376 instituciones con las futuras generaciones de Arquitectos y Arquitectas? Lo que encontramos es una gran diversidad de programas, descritos de manera hegemónicamente ambigua. Con frases como “Formar Profesionales en el campo de la Arquitectura”.
Estas frases ambiguas no solo ilustran las grandes y diferentes gamas a los que se puede dedicar una persona con estudios en arquitectura (desde periodismo, hasta museografía) si no principalmente buscan a todo propósito evitar definir la naturaleza del programa. Quizá por la dificultad ya expuesta, quizá por temas muy reales de mercado. La siguiente pregunta pertinente aquí es entonces ¿En quién recae tarea de desmenuzar, entender y valorar estos programas?
DEL VIENTRE DE LA BESTIA
Desde mi trinchera únicamente puedo alertar de lo que veo. En México percibo un campo pedagógico donde diferentes instituciones de diferentes tamaños exploran un modelo el cuál podría ser descrito como de “especialización”. En ocasiones se pudiera entender que es el modelo universitario buscando abarcar la misión crítica de estos pequeños e incipientes institutos especializados ya mencionados. Más, sin importar universidad o instituto este movimiento hacia la especialización presenta diferentes ramificaciones.
En el caso de uno de estos institutos que busca enfocarse en lo que se denomina como lo “creativo”, repercute en el programa por eliminar todos los cursos de historia. Otra instancia pedagógica busca incluir una especialización dentro de la licenciatura, lo cual más allá del experimento pedagógico quizá abra puertas a una discusión sobre el valor de los estudios de posgrado. Finalmente, en una última exploración pedagógica de especialización se encuentra un modelo que recorta el plan de estudios a 3 años para afrontar una realidad más tangible de nuestra época contexto regional con fuerte interés en lo práctico y constructivo.
Lo largo y ancho de respuestas a esta paradoja de ¿cómo definir un programa de estudios de Arquitectura? Es testamento su complejidad. Y si bien todas estas respuestas, exploraciones y por que no decirlo especulaciones son bienvenidas en el campo académico, esta variedad resulta completamente incomprensible para alguien no letrado en el tema como lo es el personaje más importante de este cuento, el -futuro estudiante-. Es por esta razón que apunto a la importancia de la misión de nuestros programas.
En una profesión difícil de definir y con tal variedad de programas resulta primordial la definición y diferenciación entre ellos. Esta responsabilidad sin duda no solo recae en las diferentes instituciones en la correcta y sincera formulación de estas descripciones y misiones, sino también el debido tiempo que los futuros estudiantes les deben de dedicar para investigar, diseminar y comprender.
¿Todo lo que no Aprendiste en la Escuela? Esta frase es atractiva porque no hay manera que hayas aprendido en una licenciatura todo lo que es necesario para el campo de la profesión y nuestros programas pedagógicos debieran abrazar y adoptar esta postura. Puesto que el no hacerlo atenta con su propia existencia. El término de una licenciatura no es la culminación de estudios como arquitecto si no la introducción a la vida de en la arquitectura. Esta frase será atractiva solo con aquellas personas que siente una falta de satisfacción con la calidad de educación que recibieron. Propongo que este déficit de satisfacción puede tener más que ver con un mal entendimiento del programa más allá que el programa en sí.
EN CONCLUSION
Definir y entender nuestros programas tiene un presente y futuro. Al hacerlo le damos la bienvenida a las nuevas generaciones y con ello visualizamos el futuro que queremos lograr con ellas. Únicamente teniendo clara la variedad de programas existentes mediante su cuantificación y entendimiento de su posición ideológica que van desde licenciaturas de 6 a 9 semestres, con enfoques especializados en lo artístico/compositivo, hasta lo práctico y constructivo. En contraste con los programas que lo abarcan todo y los programas que no lo tienen claro. Únicamente así podrán los futuros estudiantes tomar decisiones certeras.
Desde mi perspectiva los docentes y practicantes debemos tomar más en serio la formulación de nuestros programas curriculares y sus descripciones. Estos deben trascender las influencias de mercado y conformismos administrativos. Simultáneamente debemos de promover más las actividades de vinculación tanto previo al comienzo de los estudios con acercamientos a clases y materias de arquitectura durante los estudios de preparatoria (como algunas universidades lo están haciendo) así como durante los estudios con el gremio y diferentes asociaciones públicas y privadas (Academias y Colegios de Arquitectos). De enfocarnos en estas áreas de oportunidad no solo acabaremos mejorando el panorama estudiantil y del gremio en varias órdenes de magnitud si no aseguramos que la frase titular de este artículo jamás sea entretenida.
Referencias:
[i] El instituto de Massachussets bajo William Robert Ware es reconocido como el primer programa curricular profesional de Arquitectura de 4 años.
[ii] Imhotep en el antiguo Egipto es reconocido como el primer arquitecto del cual se cuenta con citas oficiales. Habiendo reinado en Menfis durante 2630-2611 AC.
[iii] Del modelo pedagógico de enseñanza arquitectónica en Francia en el siglo XVII
[iv] Publicado por el Periódico “El País” en el 2015 “Universidades que imparten Arquitectura y Urbanismo”
[v] Si bien estas cifras no hablan de la problemática nos ayudan a visualizar su tamaño y la necesidad de la actualización de estas cifras y discusión.
Acerca del autor:
Viviano Villarreal-Buerón es Arquitecto por el Tec de Monterrey, con maestría en Diseño, Teoría y Pedagogía de SCI-Arc en Los Ángeles, donde se tituló con honores y su tesis fue premiada como la mejor tesis de posgrado. Previo a establecer su despacho, Villarreal-Buerón trabajó del 2009-2015 con el despacho Holandés de Rem Koolhaas (OMA / Office for Metropolitan Architecture) desde sus oficinas en Hong Kong.
En el 2015, con oficinas en México y Hong Kong, Villarreal-Buerón establece el despacho de diseño MASS OPERATIONS; Un despacho que entiende la arquitectura como una serie de operaciones aplicadas sobre masa y materia que generan arquitectura. Entre sus proyectos destacados se encuentran: El Corporativo Farmacias del Ahorro en Monterrey, El edificio Barcode en Tulum, La Stair House y el Loft para Artista en Hong Kong el cuál fue acreedor de una Medalla de Planta en la Bienal de Jóvenes Arquitectos de México del 2017.
Viviano es además catedrático habiendo impartido clases en Hong Kong University y USJ de Macao en Asia. Actualmente es profesor de Arquitectura en la Universidad de Monterrey UDEM y de dirige el taller integral de la Cátedra MASS en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Viviano, Es Miembro de la Academia Nacional de Arquitectura, así como el Colegio de Arquitectos de Nuevo León donde ha contribuido artículos sobre arquitectura y docencia.