31 Jan

Zaragoza, España.

Relator Especial sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento de la Organización de las Naciones Unidad, Premio Goldman de Medioambiente 2003.

Alfonso: 

Buen día Dr. Arrojo, Muchas gracias de antemano por tu tiempo y disposición para colaborar con la revista, si me permite me gustaría compartir con Ud. una introducción sobre nuestro trabajo; La revista AGENCIA busca acercar información de forma accesible a la sociedad mexicana para hacerlos participes en la toma de decisiones sobre su espacio habitable y garantizar su bienestar. Para que sepan valorar el trabajo interdisciplinario, puedan formarse equipos para colaborar a lograr los objetivos de desarrollo sostenible y de esta forma obtengan de ello beneficios directos e indirectos en la mejoría de su calidad de vida. 

Dr. Arrojo Desde el punto de vista, información y experiencia que ha podido tener en este último año como relator especial de la Organización de las Naciones Unidas, ¿Cómo ve el mundo en los próximos 5 o 10 años? ¿Nuevos retos a los que tendremos que afrontarnos y demandas que atender en el mundo y según su experiencia en Latinoamérica? 

Dr. Arrojo: 

Bueno yo creo que la pregunta más que saber que ocurrirá…. Porque nunca hay determinismo (nunca lo ha habido) y lo que pase dependerá de cómo actuemos en gran medida (Claro que hay elementos externos que en cierta medida no dependen de nosotros) pero yo prefiero pensar que lo que pase en un futuro depende en gran medida de lo que hagamos los humanos colectivamente, lo que, si podemos discutir, lo que si podemos… entiendo yo y debemos, es imaginar y prever ¿Qué puede ocurrir con lo que hagamos? 

Yo pienso que lo que la pandemia nos está mostrando (y no solo racionalmente si no emocionalmente) es nuestra vulnerabilidad individual y colectiva. En ese contexto desde el que nos sentimos vulnerables sin importar nuestra nacionalidad y nivel de riqueza, nadie queda fuera de riesgo en fenómenos de impacto global. Es cierto que normalmente los que más sufren son los pobres, pues siempre reciben los impactos más desproporcionados, pero ni los más ricos ni los más poderosos quedan al margen del riesgo. 

Este riesgo nos da la posibilidad de comprensión intelectual y emocional de la vigencia de ese lema que ha perseguido los derechos humanos y las políticas de las Naciones Unidas de “Live with no one behind” (Vivir sin nadie detrás). El no dejar a nadie atrás está pasando de ser un lema de buena voluntad poco implicado en lo que es la realidad, a ser una realidad ineludible, es decir; si con la pandemia no somos capaces de vacunar a todo el mundo, todos sabemos que vendrán nuevas variantes del virus y ni los que, si estemos vacunados 3 o 20 veces seguiremos siendo vulnerables. 

Yo creo que lo que podemos ver como una desgracia (porque si lo es) es también una lección en el sentido de que, en estas crisis globales, donde las fronteras no frenan a los virus ni al cambio climático solo tenemos dos opciones, o tomamos estrategias con responsabilidades colectivas de tipo global para no dejar a nadie atrás, o el futuro será muy obscuro. Obviamente si perseveramos en la dinámica de enfoques neoliberales donde todo se resuelve en base a las capacidades que cada cual pueda ostentar, capacidades económicas, capacidades de poder militar y de poder político, y pretendemos blindar la seguridad del futuro y el bienestar de quienes ya están en una situación de poder, el futuro es obscuro para todos y para todas. Se pueden perfilar los más terribles escenarios de sostenibilidad, de quiebra de la salud pública, y de condiciones de inhabitabilidad del planeta que hablarían de un cambio de época a una obscura y de retroceso histórico de la humanidad. 

Si por el contrario somos capaces de reaccionar y aprender las lecciones que de forme inmisericorde nos da este virus, podemos y debemos aspirara a que ese mundo mejor del que se hablaba y se habla en los foros sociales no solo es posible, si no que será posible porque es necesario. 

Alfonso: 

¿Podemos hablar entonces de la pandemia como un parteaguas, ¡donde hay un antes y un después en la historia de la humanidad?

Dr. Arrojo:

 Yo digo que la pandemia, no es el único referente de ese parteaguas, no es el único indicador de lo que podríamos llamar la antesala de un cambio de época, porque ya teníamos en marcha antes de la pandemia el cambio climático y una serie de síntomas de crisis globales, por lo que creo que el elemento más contundente de la pandemia es que opera de manera inmediata, brusca e inevitable sobre todos y todas. El cambio climático va pegando golpes a niveles locales en un lugar y en otro, catástrofes que van anunciando lo que va para todo el mundo, pero no es continuo en el sentido de que una inundación terrible ocurre en un lugar y al paso de un tiempo ocurre en otro lado y siempre esta esa percepción de que es un riesgo no tan inevitable, sin embargo la pandemia tiene esa característica, la de golpear simultáneamente en corto plazo y demostrar de forma inexorable esa vulnerabilidad que nos caracteriza como especie humana. 

Alfonso: 

Dr. Arrojo ¿Se ha hablado acerca de alternativas para cambiar el modelo neoliberal? ¿Alguna alternativa ante este panorama inevitable? 

Dr. Arrojo: 

Obviamente no es una cuestión simplemente de voluntad, el modelo neoliberal, como una fase del desarrollo del capitalismo se ha instalado por que ha tenido éxito (llamémosle así), suficientes aciertos para mediar el dolor y las quiebras que ha generado. De repente nos encontramos, por ejemplo, si contrastamos como se reaccionó frente (como un efecto por otro lado) a la financiación de la vida, el poder omnívoro del capital financiero, ni siquiera ya de las empresas productivas, tenemos en el año 2008 un cataclismo económico; revienta la burbuja inmobiliaria, revienta una serie de otras burbujas generadas desde esa dinámica de financiación de la vida y la reacción que se produce fue la que fue… la de tomar todas las capacidades públicas y ponerlas al servicio de quienes habían generado la propia crisis, entonces se improvisa y se pone en marcha las famosas estrategias de la llamada austeridad, una falsa austeridad por que la austeridad es una virtud que consiste en evitar gastos superfluos pero no en colapsar las necesidades básicas de la gente, pero más allá de lo que fuera, en aquel momento se impuso ese modelo, ese modelo en esta ocasión ni se ha intentado, ha llegado la pandemia y no se ha discutido sobre quién podía reaccionar ante semejante cataclismo de salud pública, los servicios de salud pública han llegado hasta donde han llegado pero nadie ha mirado a otro lado, nadie ha mirado que podían hacer los hospitales privados y ni se esperaba que hicieran nada, entonces todo el mundo ha mirado a la infraestructura pública que estaba mejor o peor dotada (en la mayoría de los casos muy mal dotada) pero era la única que ha dado reacción, y los gobiernos en lugar de decir -No hay fondos públicos por que los hemos destinado a salvar a los bancos-, pues han tenido que sacar los fondos de donde los tuvieran para hacer frente a la pandemia y ahora para la post-pandemia están de nuevo proponiendo el destino de importantes fondos públicos (los países que los tienen). 

Europa pone un plan de inversión socioeconómica sobre la base de fondos públicos, E.U.A. no digamos, Australia y Canadá, el Banco Mundial, ¡Naciones Unidas! habla de la necesidad de un enorme esfuerzo público para re-lanzar una nueva era con el Green New Deal (nuevo trato verde) aprovechando el efecto de la pandemia para afrontar la crisis climática, y no es que se diga que el capital privado y cada quien haga lo que pueda y lo que quiera no valla a funcionar, pero de manera forzosa, ha sido necesario recurrir a lo único con lo que se podía responder aunque fuera de la manera parcialmente satisfactoria que dan las capacidades públicas ¡eso nadie lo discute¡ ¿Qué significa esto? ¿Por qué no se reaccionó con austeridad? Diciendo -quien esté enfermo que se pague el tratamiento yendo a un hospital privado-, nadie ha dicho eso porque no tenía ningún sentido porque ahí el modelo neoliberal no estaba siendo capaz de dar ninguna solución. 

No digo que haya otro modelo que lo esté dando, estoy diciendo que el modelo que se había empleado y la dinámica que se tenía preparada de - el cada cual que se arregle como pueda y el mercado resuelva los problemas-, en esta ocasión no ha sido ni motivo de debate porque era evidente que ese modelo ni siquiera para afrontar, mucho menos para resolver. 

No tenemos todavía el modelo. Cierto, que no sabemos cómo gestionar la salud pública, cierto, pero ¿Qué era antes en este contexto? Un pensamiento buenista, marginal de pura buena voluntad como era decir -tenemos que empoderar a la organización mundial de la salud, o tenemos que empoderar una gobernanza global de la salud pública que permita universalizar las vacunas y garantizar medios adecuados para los más vulnerables y desprotegidos-, ha dejado de serlo, ahora es un clamor mundial, ha dejado de ser una idea de buena voluntad y todo el mundo sabe que eso no lo resuelve el mercado, sabemos que eso lo resuelve una gobernanza democrática global, entonces… ¿Tenemos el modelo? -No ¿Tenemos la necesidad? –Si ¿Tenemos la evidencia? Si. 

Ahora falta organizar las fuerzas, las capacidades y la voluntad política para que esas necesidades tengan una respuesta adecuada, esa es mi opinión.

Alfonso: 

Estamos hablando sin duda de un contexto bastante complejo, donde no terminamos de enfocarnos en las reacciones y no las causas (si nos limitáramos a verlo de manera reduccionista).  

Esto como contexto me da preámbulo para pasar a la siguiente pregunta. La idea de que las ciudades o el espacio construido y la arquitectura siempre son reflejo de las sociedades de quien las habitan nos habla de un nuevo tejido y nuevas demandas a satisfacer por la arquitectura doméstica, entonces ¿Cuáles serán las nuevas consideraciones, retos y oportunidades a vencer para la vivienda en Latinoamérica en este nuevo contexto postpandemia? 

Dr. Arrojo: 

Si nosotros dejamos los modelos vigentes (neoliberales y que cada quien se arregle como pueda) la perspectiva de los modelos de vida es negra, de quiebra progresiva, de colapso del medio rural (además acelerado) no solo por las condiciones de salud pública, de pandemia y falta de recursos sanitarios, sino por la progresiva quiebra climática, por sequias prolongadas de manera crítica en algunos lugares y por inundaciones en otros. 

Todo eso va a endurecer aún más las condiciones de habitabilidad y en algunos casos ya de inhabitabilidad con los que cuentan algunos territorios áridos o semiáridos. De difícil ocupación y lo que se predice son fenómenos de migraciones humanas masivas a los núcleos urbanos causadas por las condiciones climáticas, esa perspectiva ofrece un escenario de inviabilidad material por insostenible. 

Ya de por si es difícilmente argumentable que ciudades de decenas de millones de habitantes en las situaciones de profunda desigualdad en las que vive la gente sean marcos ni siquiera democráticos, sean marcos dignos de habitabilidad, marcos difícilmente vinculables en una relación sostenible con el medio natural que soporta nuestras vidas. 

Creo que si se insiste en esa perspectiva el destino es (como ya lo repetí) muy obscuro, no significa que no se pueda hacer nada, obviamente una parte del futuro que venga, sin duda va a ser así por lo que hay que prepararse ¿Qué tamaño tendrá esa parte? ¿Sera una parte dominante, inevitable, inexorable o maderable? ¿Sera como la del cambio climático, hasta donde podremos llegar? ¿serán aumentos en la temperatura planetaria de 2, 3 o 4 grados? depende de a donde lleguemos eso será inhabitable probablemente.  

Eso puede ocurrir, podremos ver ciudades de este tipo en pocos periodos de tiempo con una situación de desigualdad social y vulnerabilidad frente a pandemias y falta de servicios, con falta de capacidades para soportar esas oleadas de migraciones climáticas o migraciones por otras razones, porque cuando la cuestión se pone fea, se disparan las posibilidades de conflictos bélicos, por competencia de los recursos o por otras mil razones, lo que quiero decir es, en un contexto de abundancia hay muchas soluciones, en un contexto de escases y competencia la posibilidad de conflictos bélicos, migraciones y refugiados por cuestiones de inestabilidad política causaran problemas que se irán solapando unos sobre otros.    

Creo que esas perspectivas son duras y difíciles, habrá que prepararnos y adecuar lo que se puede con lo que se pueda para que esas migraciones puedan ser recibidas en determinados espacios urbanos minimizando los riesgos. Adaptarse a la mejor medida posible a generar espacios habitables donde se respeten los derechos humanos más básicos. Yo lo veo realmente duro y difícil, creo que esa adaptación o esas políticas deberían iniciarse ya ¿Cómo reubicar a esos millones de personas de los que tenemos la garantía que se van a desplazar desde zonas que comenzaran a ser inhabitables? Ya lo decía Michelle Bachelet “hay que preparar planes de rebasamiento” (y no necesariamente en las ciudades más grandes) asentamientos lo más cercanas posible a las tradiciones, cultura y condiciones de vida de la gente que se desplaza, desplazar un pueblo que ocupa una zona de las que ya hablé antes hacia la periferia de una gran ciudad es la mejor garantía de inadaptación y probablemente de quiebra de los tejidos, las cultura y las capacidades de resiliencia de la gente. 

Por lo tanto, creo que habría que hacer previsiones políticas de adaptación en el medio rural, donde estas políticas sean viables (que es en la mayor parte de los territorios) para darles alternativas de habitabilidad a la gente; en la mayor parte de los territorios hay planes de adaptación que se pueden realizar, esos son los fundamentales, que la gente en su propio territorio perciba perspectivas de habitabilidad digna de cara al futuro inmediato, medio y largo plazo. 

Como eso solo tendrá éxito en un porcentaje, también habrá una dinámica inexorable que tendera a refugiarse en los espacios de las grandes urbes; también habrá que tomar medidas de adaptación a esas migraciones y combinarlas. 

Me parece que actualmente hay los recursos y posibilidades tecnológicas para hacer muy habitable los entornos rurales, pero hay que cambiar las políticas, por ejemplo, de producción alimentaria a la soberanía alimentaria no a nivel nacional, si no de las comunidades de la gente dentro de su propio territorio, no se trata de cultivar el trigo en Australia para llevárselo a Sudáfrica, hay que fabricar el alimento en donde vive la gente, hay capacidades y posibilidades pero entonces no sería el mercado la fuerza principal que dirige donde y como se producen los alimentos, el mercado estará ahí adentro pero no será el rector director. 

Otro ejemplo son las comunicaciones, tenemos transportes y capacidad de comunicación que hacen que cualquier medio rural pueda estar en una buena comunicación con centros intermedios o con centros rurales de mayor entidad y servicios a distintas escalas, eso no es ningún descubrimiento es una realidad, lo diferente es que se tienen que articular adecuadamente en los territorios donde hoy no hay nada o muy poco. La información que es clave, tenemos internet vía satélite que ya no es una cuestión de ricos, esta al alcance de quien queramos que esté al alcance, con la comunicación e información viene todo lo demás como la educación etc. 

La energía; por un tiempo pensábamos que la energía tenía que producirse en grandes centros energéticos como centrales nucleares, centrales terminas, enormes redes en grandes distancias que hacían unas infraestructuras descomunales, hoy con la energía eólica o solar (que se impone como alternativa fundamental para el futuro inmediato, a mediano y largo plazo) se ve que esos grandes centros son innecesarios, la soberanía energética de las comunidades y las ciudades era impensable hace poco tiempo. 

Con base en eso es posible pensar y diseñar modelos descentralizados de vivienda, de habitabilidad y de buen vivir (no es necesario pensar que se vivirá en condiciones de infra-calidad de vida) creo que esas capacidades existen si se toman como puesto de mando y cuestión referencial para los modelos de las políticas públicas y de las estrategias de planeación territorial, de planificación urbanística, de planificación hidrológica etc. O se toman como referencia central, o se hacen a un lado y se permite que las futuras fuerzas del mercado diseñen los espacios de pobreza, miseria y migración allá como quieran y como puedan, repito, si tomamos la segunda opción el futuro es negro, si tomamos la primera tenemos muchas posibilidades, muchas capacidades tecnológicas, sociales y culturales para hacer un desarrollo más equilibrado y por lo tanto sostenible.  

Alfonso: 

Justo estas faltas de estrategia me recordaron a lo que en su momento a mí me motivo de forma profesional a estudiar estas alternativas que se están presentando de manera emergente para generar vivienda auto-producida y autoconstruida, en esa investigación de la que me siento muy honrado que Ud. me orientara y aun le agradezco. 

Dr. Arrojo entonces podemos decir que estas son las estrategias en lo macro de alcances internacionales, pero necesitamos en cierto punto bajarlo a lo local, a lo micro, necesitamos tomar en cuenta a las personas que trabajan con estos espacios en las viviendas; ellos tienen un punto fundamental de acción, estoy hablando de los profesionales de la construcción desarrolladores de vivienda, constructores, arquitectos, ingenieros y urbanistas.  

¿Cuáles son las aptitudes que estos profesionales deben adquirir y cuáles son los compromisos que deben cumplir dentro de este nuevo contexto complejo? 

Dr. Arrojo: 

Bueno ahí no soy yo nadie que pueda decirlo, creo que en ese tema tú tienes más capacidad y más conocimientos para opinar, pero, a mí me da la impresión de que, como norma general para profesionales y no profesionales, el reto de sostenibilidad de la vida (y cuando digo sostenibilidad no hablo de mínimos si no la sostenibilidad del bien vivir) va a depender mucho de dos grandes dimensiones, la primera de cómo nos relacionamos con el entorno de vida y la segunda de cómo nos relacionamos entre nosotros; son las dos cuestiones en las que tenemos que fijar referencias que ´permitan pensar y permitan articular un futuro de bien vivir. 

Y eso tiene que ver con lo que tu mencionas ¿Cómo diseñas el elemento básico de la vivienda? A nivel personal o familiar en relación con las viviendas de los demás, en relación con el urbanismo que hacemos, en relación con la manera de cómo nos proveemos de medios de vida como la alimentación adecuada o acceso a los servicios básicos de agua y saneamiento, creo que la vivienda sintetiza en gran medida (en el ámbito micro) todas estas necesidades de lo que requiere una vida digna.

También pensar en el medio urbano, llamémosle más masivo o competitivo y menos proclive a la protección comunitaria y ámbitos de urbanismo menos intensivo o de orden rural, donde esa capacidad de protección comunitaria también te de más posibilidades, estoy pensando en la gente más vulnerable y empobrecida; lógicamente porque el que tiene muchos recursos busca los medios en cualquier territorio ya sea rural urbano o cualquier lugar porque tiene los medios para proveerse de todo lo que necesite por los menos a nivel material. 

Para mí eso significa que una arquitectura acoplada al territorio y a la comunidad es fundamental. Me parece imposible, por ejemplo, si hablo de agua y saneamiento, tener estos servicios básicos para los 2,200 millones de personas que no tienen acceso al agua actualmente sin primero recuperar el buen estado de los ríos y los acuíferos de los que los ecosistemas y esas personas dependen a diario ¡es así de básico y elemental! 

Si no somos capaces de recuperar el buen estado físico del entorno del que dependes vitalmente a diario (en este ejemplo el agua) ¡va a ser imposible! no es realizable, no es viable decir -tenemos medios tecnológicos para ponerle a Ud. En casa un sistema de filtrado de osmosis inversa que retire los metales pesados con los que está contaminado el rio del que se abastece-, lo puedes decir porque es verdad que existe esa tecnología, pero no es realidad porque no hay medios económicos para hacerlo, entonces la única solución es evitar que ese rio este contaminado y sobre esa base puedes construir una vida digna en el futuro, de otra manera, imposible.           

Entonces a nivel de arquitectura lo mismo, pero eso lo sabes tú mejor que yo, saber en cada territorio que materiales hay disponibles, preguntarse cuáles son las tradiciones de un lugar porque no puedes llegar ahí y hacer una innovación de la técnica arquitectónica; lo que tu podrás en todo caso es mejorar las técnicas que en ese territorio se han generado como fruto de la experiencia centenaria o en ocasiones milenaria en el uso de materiales, en la distribución o estructura de la vivienda, eso lo podrás mejorar, tal vez ponerle una celda solar en el tejado que hasta hace poco no era viable, pero en definitiva se debe hacer un compromiso de los profesionales dirigido a recuperar una relación amigable del hábitat humano con el hábitat natural y también con la tradición y las raíces culturales vigentes en esos territorios. 

Hay un reto de gobernanza democrática, cuando hablo de gobernanza democrática no me refiero solamente a la toma de decisiones actuales si no a considerar que la gobernanza democrática tiene sus raíces, tiene su historia y tradiciones, tiene su pensamiento y sabiduría ancestral que hay que actualizar y llevarlo al presente porque tiene su relación con el entorno natural en el que hay que instalarse y vivir. La arquitectura tendrá que responder tanto a esas necesidades de gobernanza global y de sostenibilidad ambiental con el entorno.          

Alfonso: Como hablábamos al inicio de la entrevista, existe hoy (por un contexto real y actual donde es evidente que existe una diferencia importante entre las calidades de vida de la población de diferentes países y capacidades entre naciones), la inquietud de conocer cuál es la posibilidad que tiene un país como México en esta competencia internacional y en que se ven reflejadas esas posibilidades.           

A partir de esta intención de buscar las mejores maneras de pasar de lo macro a lo mico, de las estrategias internacionales a las estrategias locales y los actores que van a tomar acción sobre ellas, y sobre todo en esta parte que Ud. Comento en un inicio ¿Cómo no dejar a nadie atrás? Surge la siguiente pregunta. 

¿Cómo puede facilitarse el cumplimiento de los derechos humanos en las ciudades y viviendas del mundo post pandemia? ¿Cuáles son las estrategias que deberán tomarse de manera internacional para igualar la calidad de vida entre las naciones y su calidad de vida? ¿Cómo deberán verse reflejados esos compromisos en el actuar individual de los pobladores? 

Dr. Arrojo: 

La pregunta es muy compleja y no tengo respuesta clara. Pienso que en muchas ocasiones situamos las responsabilidades de nuestras desgracias en cualquier país, la inequidad y la justicia en el orden internacional (ciertamente eso existe), pero cada vez veo con más claridad que donde tenemos nuestros grandes desafíos, es en realidades que desbordan por mucho a las fronteras, por eso me parece cada vez más evidente la necesidad de hablar de un sur y norte global. 

Hay gente que vive en la más absoluta desgracia y miseria en las grandes urbes de Estados Unidos, o en las grandes urbes europeas, chinas o hindúes (donde hay multimillonarios también), pueden estar en diferentes países, pero dentro de los mismos países hay norte y hay sur, hay ricos y pobres, hay zonas rurales abandonadas y grandes ciudades con posibilidades (o al menos) mejores posibilidades de desarrollo. 

Cuando voy a Guadalajara (México) no veo diferencias distintas a las que ocurren en Madrid (España), intentare explicarme mejor; veo en Guadalajara barrios en condiciones tan buenas o mejores que los mejores barrios en Madrid, y luego veo acá una proporción (seguro en Guadalajara si es mayor) de sectores de personas que viven en zonas muy degradadas, con muy poco apoyo, sin trabajo, en situación de miseria, etc. Pero lo mismo puedo decir de París, de los campos de Calais, refugiados en Francia que viven tan mal o peor que cualquier mexicano. Con esto no quiero decir que no existen diferencias e injusticias entre naciones, y las capacidades o posibilidades que tienen los países más ricos y con más influencia a nivel global y los países que viven con menores posibilidades de desarrollo, ciertamente eso existe y por lo tanto debe haber una reflexión al momento de esa gobernanza mundial para reestructurar y fortalecer capacidades económicas y de desarrollo entre los más empobrecidos. 

Pero no podemos refugiarnos en ningún país (en México tampoco) con decir –Si aquí hay problemas es porque los norteamericanos nos oprimen o porque los europeos son injustos con nosotros-, a ese nivel (al momento de diseñar esa gobernanza) habrá los temas contenciosos que habrá que haber, tendrán que hablarse y tendrán que resolverse, pero cada cual actuando sobre lo que sucede dentro del país ¿Qué pasa con nuestras responsabilidades entre el medio urbano y el medio rural? ¿Qué pasa dentro de las formas de vida y las capacidades de las políticas públicas que afectan a los ciudadanos dentro de una gran urbe como lo es Guadalajara? donde unos viven de maravilla y tienen redes de agua y saneamiento, otros tienen una situación que les permite llevar una vida más o menos digna y otros que están en la marginación y la pobreza más absoluta, entonces ¿Qué tenemos que hacer con esto? ¿Qué está pasando con los temas rurales en España, en México, en Argentina o en Estados Unidos? ¿Debemos seguir permitiendo que se despueblen simplemente por inanición? Por falta del mínimo de apoyo de servicios públicos que permiten el mínimo de dignad en el medio rural y evitar en lo posible esa especie de migración forzada que será sin duda acelerada por los impactos del cambio climático o de fenómenos como las pandemias y demás ¿Debemos dejar que eso ocurra? o ¿Debemos de promover las políticas públicas al nivel internacional y dentro del propio país a niveles regionales y locales? Políticas que permitan palear como mínimo esa vulnerabilidad de los colectivos, de las familias en los sectores sociales más empobrecidos en perspectiva del cumplimiento básico de los derechos humanos y las condiciones mínimas de autosuficiencia y de desarrollo. 

Creo que por ahí tendremos que aumentar el énfasis, porque ahí están nuestras capacidades de cambiar lo que está a la mano cambiar, y otras cuestiones que quedan más lejos habrá que reivindicarlas, pero no estar inactivo en lo que podemos hacer, argumentando grandes injusticias que se cuecen en Nueva york, o se cuecen en Pequín y por lo tanto gastemos nuestro tiempo en protestar por la injusticia, pero no hacer nada con las cosas que podríamos y deberíamos hacer en nuestro entorno inmediato.

Alfonso: 

Claro, no perder el tiempo en esta conmiseración crónica.   

Dr. Arrojo: 

Que no digo que no exista, se tiene que revindicar eso; hay que cambiar muchas cosas en los equilibrios y desequilibrios mundiales, pero lo que quiero decir es, cuando tú dices que hay que bajar al territorio, hay que bajar a las realidades micro o más cercanas a nuestra capacidad de intervención, ahí ay muchas cosas que hacer, ahí todo gobierno (pase lo que pase a nivel internacional) tiene grandes campos de acción si cambia las prioridades y coloca en el foco central de sus capacidades y posibilidades los enfoques de derechos humanos por ejemplo. 

Eso no es un privilegio reservado solo para los grandes países poderosos, es decir, el derecho al agua potable y saneamiento lo puede tener ¡todo el mundo! ¡todos los gobiernos del mundo! y cuando digo todos es ¡todos! Aun los más pobres tienen la capacidad de garantizar el agua y el saneamiento a ¡toda su población! Si lo toman como prioridad. 

Alfonso: 

Justo lo que menciono hace un momento, los recursos, las técnicas y las tecnologías pueden estar al alcance de que quienes queramos que estén, hay que tener el poder de agencia y tomar como prioridad lo que es verdaderamente indispensable como lo es nuestra propia calidad de vida como humanos. 

Dr. Arrojo: 

Las tecnologías son elementos instrumentales, no son soluciones en sí mismas, yo puedo tener energía solar o eólica, pero ninguna persona se va a montar eso si no hay unas políticas públicas en este caso que posibiliten y dinamicen la democratización energética de la sociedad, pero ¿Es viable? Si es viable; no es un secreto que esté en manos de la NASA, y no está en manos de la NASA que México promueva una línea de soberanía energética para los mexicanos, como no está en manos de la NASA (como un milagro) el que un gobierno desarrolle un plan donde a 15 o 20 años vista, todo el mundo va a tener agua potable en las llaves de sus casas; eso es fontanería y preservar la salud de los ríos, es evitar que se contaminen y eso se puede hacer en cualquier lugar del mundo, se tienen las tecnologías necesarias en todas partes. 

Estamos hablando muchas veces más de recuperar el buen estado de nuestros ecosistemas naturales que son tecnologías que ya nos viene dadas, lo que tenemos que hacer es no quebrarlas y cuidarlas, para eso tenemos experiencias y enfoques de vida como las que nos vienen enfocando de manera tradicional y ancestral las comunidades indígenas lo pueblos indígenas, preservar el medio natural no es una verdad del pasado, es una verdad del pasado, el presente y el futuro y está en manos de todos si hay voluntad colectiva de hacerlo, si además tenemos tecnologías que nos permiten descentralizar la información, descentralizar los núcleos de producción energética, y al mismo tiempo que digo descentralizar quiero decir que tenemos la capacidad de comunicar en red. 

Todo lo que estoy diciendo son capacidades de soberanía de comunidades, de soberanías situadas en sus territorios que a su vez se enlazan solidariamente en dinámicas y tecnologías que se conectan en red, eso en todo, en la alimentación, en la comunicación, en la educación, en la salud pública, en el transporte, en la producción y distribución de energía, en todo tenemos ya capacidades, tecnologías y medios para articular de manera más distribuida los recursos, las posibilidades y las capacidades de la gente para construir técnicamente en todas partes modelos de vida articulados sobre un equilibrio y una relación sostenible con el medio que les rodea, construyendo condiciones (vamos a decir) viables del bien vivir, de suficiencia y de soberanía en la provisión de los alimentos y de las necesidades de servicios básicos que podríamos considerar como fundamentales para una vida digna. 

Alfonso: 

Me encanta y concuerdo con Ud. Sobre todo, en esta parte de entender la tecnología como un instrumento (y no siempre de alta gama), entender como tecnología las estrategias que han tomado todas las comunidades en el mundo de manera ancestral. 

Dr. Arrojo, para concluir con esta entrevista me gustaría preguntarle ¿Hay algo que considere oportuno sumar o invitaciones a extender? ¿Exhortaciones para quienes tengan a bien acercarse a esta entrevista? 

Dr. Arrojo: 

La verdad es que me desborda mucho hacer un planteamiento de cuestiones tan amplias, pero puedo insistir en lo que habitualmente se dice, pensar globalmente actuar localmente, no dejarse aplastar por las dinámicas globales, trabajar donde podemos, y donde podemos es en nuestro entorno, esa capacidad de protesta y organización colectiva. 

Alfonso: Muchísimas gracias Dr. Yo sé que es Ud. Un hombre bastante ocupado y que me permitiera un espacio en su agenda es para mí y para la revista AGENCIA es sumamente significativo. No me despido de manera definitiva, seguimos en comunicación, le envío un abrazo hasta España. 

Dr. Arrojo: 

Igualmente, un abrazo y hasta pronto, Ciao. 

Acerca del Dr. Pedro Arrojo Agudo:


Relator Especial sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento. Fue nombrado por el Consejo de Derechos Humanos en septiembre de 2020 e inauguró su mandato el 1 de noviembre de 2020. 

De 2016 a 2019, Pedro Arrojo fue miembro electo del Parlamento español en su undécima y duodécima legislaturas, período en que formó parte de la Comisión de Cooperación Internacional de derechos humanos. Asimismo, fue profesor del Área de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza (de 1989 a 2011), en la que es profesor emérito desde 2011. 

En 2002, el Dr. Arrojo fue cofundador de la Fundación Nueva Cultura del Agua, una organización sin fines de lucro de la península ibérica compuesta por más de 200 miembros del mundo académico, la administración pública y los interesados del sector de los recursos hídricos, que tiene por objetivo promover un cambio hacia una nueva cultura del agua. Esta fundación se centra especialmente en los derechos humanos, la transparencia y la participación pública en la gestión y planificación del agua y los ecosistemas acuáticos. 

Como presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, coordinó los dos primeros Congresos Ibéricos de Planificación y Gestión del Agua, celebrados en Zaragoza en 1998 y en Oporto en 2000, y la Conferencia Latinoamericana por la Nueva Cultura del Agua, celebrada en Fortaleza (Brasil) en 2005. Asimismo, el señor Arrojo es cofundador de la Red de Agua Pública, que forma parte de Aqua Publica Europea (la asociación europea de los operadores de aguas públicos) y promueve el derecho humano al agua y al saneamiento en la Unión Europea con iniciativas como Right2Water. 

En 2003, el Dr. Arrojo fue galardonado con el Premio Medioambiental Goldman (considerado como el premio Novel de la sostenibilidad) por sus contribuciones a la conservación de los ecosistemas hídricos y su participación en conflictos relacionados con el agua que afectan a los derechos humanos de las comunidades en situaciones vulnerables. De 1997 a 2010 fue miembro del Comité Científico Español del Programa sobre el Hombre y la Biosfera de la UNESCO. 

Sus investigaciones se han centrado en la economía y la gestión del agua. Ha publicado más de 100 artículos científicos y 70 libros.

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